martes, 29 de marzo de 2011

El patín dorado

La pista de hielo estaba vacía, en silencio y a oscuras. Podían escucharse las pinceladas de las cuchillas de unos patines cortando con delicadeza la fría superficie sobre la que se deslizaban. A ella le gustaba hacerlo así, sin nadie que la limitara en nada, con plena libertad y conociendo cada detalle de las dimensiones de la pista. Era la forma extrema para expresar al máximo su arte interior. Cada figura le permitía liberar sus más profundos sentimientos y sin embargo, ella notaba que le faltaba algo. Le faltaba la música. No podía sincronizarla desde allí abajo y aunque la tenía en la cabeza no era lo mismo. De repente cayó sobre la dura escarcha haciéndose más daño de lo habitual. Se quedó sentada, desanimada y pensativa.
La oscuridad en la que se encontraba sumida se vio iluminada por la repentina y misteriosa luz de un foco centrado sobre ella. Se incorporó, preparada para empezar de nuevo. Un precioso vestido negro con pequeñas lentejuelas, estilizaba todo su cuerpo y le hacía brillar de forma única sobre aquel pequeño firmamento estrellado. La música salió de su pensamiento y ahora podía oírla fuera de ella.
Fue así como comenzó su danza delicada, sincronizada, armoniosa y libre. Ninguna norma o ley dictaba sus movimientos. Cuando hubo terminado, el silencio se apresuró a recuperar el espacio que había perdido pero no del mismo modo la oscuridad. El foco la siguió iluminando al igual que lo hizo durante todo el baile. Fue aquí, en este instante en el que, concentrada sobre todos sus sentimientos percibió con fuertes golpes, cada latido intenso de su corazón. Allí, delante de ella, erguido y oculto en la oscuridad, justo en el borde límite con la luz, había alguien que la contemplaba.
No estaba angustiada, en absoluto, porque algo le decía que le conocía. Se acercó al borde que los separaba, clavó la punta dentada de la cuchilla de su patín derecho sobre el hielo y cerrando los ojos, aproximó lentamente sus labios sobre la oscuridad y el foco entonces, se apagó.

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Dedicado a M.

3 comentarios:

Marta dijo...

Ha sido lo más bonito que he leido jamás. Muchisimas gracias!!!!

Rubik dijo...

"Muchas Gracias" (estoy ruborizado):)

Marta dijo...

No lo estes :) tienes un don. Es una historia preciosa. Me ha hecho sentir que estaba alli viviendo la situación.